Leí este verano un libro de Rojas Marcos sobre buenas prácticas para una cierta salud mental y anímica, y venía a recomendar entre otras cosas, lo que tantos otros autores de la misma temática: “aléjale de personas negativas y ladronas de energía o passion killers”.
Lo cierto es que casi nadie se considera una persona negativa y ladrona de energía, por lo que si bien la recomendación se entiende, quizás lo difícil sea descubrirse uno mismo como persona negativa y empezar a ponerle remedio, porque ciertamente abundamos las personas negativas (por cierto, esta afirmación es una proclamación negativa; pido perdón sobre la marcha y me comprometo a mejorar).
El día en el que el COI decidía sobre #Madrid2020 hice un seguimiento muy activo sobre lo que se decía en Twitter, y de ahí flipé con la carga de negatividad de los mensajes (vuelvo a pedir perdón, porque debería haber destacado el elevadísimo número de mensajes en positivo que también poblaban twitter).
Encontré abundantes comentarios sobre las dos caras de la misma moneda:
- Uno decía “ Hemos estado a la altura y el Príncipe lo ha bordado” y otro decía “nos representan unos analfabetos que no saben decir ni Hello”
- Uno decía “me han quitado la paga, que se metan las Olimpiadas donde les quepa” y otro decía, “se me ponen los pelos de punta imaginando a mis hijos viviendo esta fenómeno universal”
- Uno decía “vale de derrochar nuestro dinero” y otro decía “esta es una de esas inversiones que beneficiarán a 4 generaciones futuras”
- Uno decía “vaya forma de hacer el ridículo” y otro decía “esto impulsa la marca España más que cualquier campaña de marketing”
- Uno decía “Es un orgullo que el Príncipe nos represente con ese nivel de formación” y otro decía “con lo que nos ha costado la formación del Príncipe ya puede ser resuelto con los idiomas”
- Uno decía “Si no hay para sanidad y educación, que no haya para fastos deportivos” y otro decía “si nos lo llevamos, mañana se disparará el IBEX porque esto es un tiro para la economía”
- Uno decía “Lo peor será que si nos lo dan, un montón de sinvergüenzas se van a forrar” y otro decía “ es una oportunidad para generar empleo y mover la economía”
- Uno decía “mejor si no nos lo dan y nos ahorraremos un montón de viajes, cenas y gastos de toda esa chusma” y otro decía “enhorabuena por el trabajo que ha hecho ese equipo para llegar hasta aquí”
- Uno decía “que les den a Madrid2020, a Madrid y a todos” y otro decía “que nos lo den, que nos lo den, que nos lo den, cruzo los dedos…”
… Hubieron cientos de miles de comentarios y seguro que se habrá medido los porcentajes de sentimiento negativo y positivo (y el sentimiento de sorna y pitorreo seguro que es el que finalmente ha ganado), pero mi reflexión es más modesta:
Cada opinión era real, personal y asumo que sincera. No se puede decir que haya opiniones ciertas o falsas. Todas representan alguna de las caras de la misma moneda. Lo que sí que se puede afirmar es que unas son negativas y otras positivas.
Si tú eres una de esas personas que emite más mensajes negativos que positivos (por supuesto con toda la razón del mundo, no pretendo convencer a nadie de nada) debes de saber que eres una persona negativa y probablemente nociva para los demás.
En este punto es cuando te puede venir a la cabeza el pensamiento, “si hombre, yo digo verdades como puños», o «yo no me cayo lo que está mal y lo digo», o «¿Qué menos que quejarme y protestar contra las injusticias?» o «Yo solo digo verdades, y si te molestan no escuches”, etc., etc. … Te vuelvo a decir que todos tenemos grandes razones, pero lo objetivo y concreto es que si por nuestra boca sale más veneno que amor, más mala-leche que humor, más queja que agradecimiento, más agravios que alabanzas, sencillamente tenemos mucho que mejorar como personas y no nos deberemos sorprender si acabamos rodeados de otros passion killers en una espiral poco energética.
Y yendo precisamente al lado positivo, te recuerdo algunas recomendaciones de gente sabia para estar más sanos energéticamente: no juzgues y sobre todo no prejuzgues, no abras la boca si es para destruir o criticar, guarda silencio y respira antes de despotricar, alaba siempre que tengas ocasión, di algo bonito en cuanto lo pienses y di algo positivo para pensar en positivo.
Con el nuevo curso uno se compromete con muchos buenos propósitos. Te invito a que te sumes al mío profesional y personal: comunicar más positivo, pensar en positivo, ser más positivo. Yo puedo, tú puedes, él/ella puede.
Por cierto, el humor sin dañar a nadie, me parece muy muy positivo, y no podía terminar la referencia a Madrid2020 sin sonreír ante el ingenio de algunos: