Mis compañeras de marketing y comunicación me insisten en que tenemos que refrescar nuestra web corporativa (acabamos de hacerlo con nuestra blogosfera).
Sin embargo, también coinciden conmigo que no se trata de actualizar la tecnología o el look&feel sin más, sino de diseñar una solución real a nuestras necesidades de negocio, y después descender al propio análisis y diseño de la nueva web.
Así pues, me puse a imaginar nuestro próximo ecosistema web y lo veía como un cubo de Rubik con varias dimensiones y muchos componentes perfectamente integrados.