Alguien (tan relevante como ESIC) te pregunta sobre tu experiencia como emprendedor, y desde tu más azarosa modestia contestas lo que buenamente piensas (con una cámara tan pegada a ti que se descubren centenares de arrugas y canas, reales o virtuales, que te ha dado la vida)… y sale… lo que sale:
¿Lo más difícil? ¿El ingrediente secreto? ¿Algo indispensable? ¿formación?