Cuando los valores corporativos no son una cuestión cosmética (como es en el caso de ENCAMINA), creo que no se trata de venerarlos y no cuestionárselos jamás.
Claro es que tampoco podemos estarnos reformulando la cultura corporativa cada año, porque de todas las dimensiones a manejar en la empresa, esta seguramente es la más tozuda. Sencillamente porque la cultura trasciende al día a día, a los PowerPoint, a los planes estratégicos, a casi todo…
Sin embargo, hoy mismo alguien a quien vale la pena escuchar y tener muy en cuenta ha puesto en cuestión nuestros valores: si están todos los que son y son todos los que están.
Nota: este post responde, y es parte, a un debate interno de ENCAMINA. Bienvenido al lío, si te interesa.
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