El proyecto empresarial necesita visión, pasión y un sueño al final del camino, pero también hay que pisar tierra con paso firme y recuperarse de tropiezos más bien poco divinos.

Cuando hablar de emprendimiento pase de moda

Pocas veces establezco conversación cuando viajo en el AVE. Más bien devoro esos minutos para sacar faena adelante con mi móvil y mi portátil.

Hoy no ha sido así, y he tenido una entretenida conversación con una emprendedora y empresaria relativamente novel tras 2 años de perseverar en su proyecto.

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Me ha contado lo que me parece un escenario muy frecuente en el emprendedurismo: un negocio de nicho, una buena idea, aparentemente bien ejecutada, con diseño, marketing, mucha imaginación y esfuerzo, pero donde va pasando el tiempo y no parece que los números salgan.

Y cuando ya me he quedado solo, lo que más resonaba en mi cabeza es que sus lamentos e inseguridades son muy parecidos a los míos aunque le adelante en 12 o 13 años como veterano emprendedor:

¿me faltará saber algo que no sé? ¿estoy dedicando mis energías y casi mi vida entera a algo que nunca va a terminar de despegar como soñaba? ¿seré la única tonta que lo arriesga todo, lo da todo, es la responsable de todo y está la última de la fila para casi todo? ¿Valdrá la pena lo que estoy haciendo? ¿y quién y cuándo me va a agradecer todos estos sacrificios que no conoce nadie más que yo?…

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Llevamos unos años azuzando la idea de lo maravilloso que es el emprendimiento. Hasta el hartazgo…Que si una fórmula de realizar tus sueños. Que si un camino al éxito económico. Que si una forma de generar riqueza y mejorar el mundo. O también, aunque nada glamuroso y nadie lo llame así: una fórmula de autoempleo y una fórmula para reactivar un poco la economía a costa de insensatos. Si todos los que animan a emprender a terceros, lo hicieran ellos mismos, se multiplicaría por 3 la tasa de creación de empresas… aunque no sé por cuantos días 🙂

No quiero desanimar a nadie que quiera emprender y ser empresario. Al contrario, a día de hoy, y tras muchas alegrías y disgustos, me reafirmo completamente en este lio en el que me metí hace 14 años y medio, y así lo diré cuando hablar de emprendimiento pase de moda. Sin embargo, amiga y amigo, te recomiendo que ni te hagas tatuajes integrales porque están de moda ni te metas a emprendedor por el mismo motivo. Si lo haces, que sea porque vas a encontrar la energía interior que sostenga tu ánimo encendido 24h al día y 365 días al año. No esperes agradecimientos de nadie, al contrario, ni confíes en recompensas, ni en hacerte rico. Asegúrate un razón intrínseca que te mantenga motivado, depura tu idea, garantiza tener el talento adecuado y la pasta para aguantar el tiempo suficiente, y entonces, tírate a emprender desde la alegría y la ilusión…

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Y al igual que hoy nos hemos despedido a pie de AVE: mucha suerte, que la vamos a necesitar.

juntos

 

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Sobre Hugo de Juan

Ingeniero de Telecomunicación en mis bases pasé al lado oscuro con un master en Marketing y posteriormente con un executive MBA. Hoy CEO en ENCAMINA, socio director en ENTRESISTEMAS, profesor postgrado en ESIC Marketing & Business School, estudiante y Doctor Ingeniero en economía digital y sobre todo currante en muchas cosas. Me va el marketing, la tecnología, mi familia, los amigos y la vida buena, incluso más que la buena vida.
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