El pasado día 11 de Noviembre de 2014, en Grupo ENCAMINA tuvimos el privilegio de recibir el premio a la empresa innovadora en servicios en la XIII edición de los premios FEMEVAL.
En la gala tuve la suerte de ser preguntado y dar mi opinión sobre el interés o no de los «sistemas de gestión avanzada e innovación organizativa», y aquí os traslado un poco las reflexiones (aproximadas) que aporté:
En grupo ENCAMINA nos dedicamos a implantar tecnología, es nuestro medio de vida y quiero pensar que lo hacemos bien, pero lo que creo que nos da algo de brillo (y posiblemente la causa del reconocimiento que tanto nos alegra y enorgullece recibir de FEMEVAL) es que estamos sacando mucho provecho de las posibilidades del mundo digital, de la tecnología de otros aplicada a nosotros mismos, de nuestra orientación al marketing y del desarrollo de un talento, digamos 2.0, para lograr valor diferencial reconocible en el mercado.
Cuando se habla de “sistemas de gestión avanzada e innovación organizativa” pienso que podríamos hablar de un montón de soluciones y servicios digitales disponibles para cualquier PYME a costes cada vez más reducidos (por ejemplo soluciones CRM, o de social media, o redes sociales corporativas como Yammer, o de productividad como Office365 o de ecommerce, etc., etc.), pero estoy seguro de que lo clave es hablar de transformación continua, de experimentación, de evolución de nuestras organizaciones, por pequeñas que sean, en la búsqueda de la adaptación a los siempre nuevos tiempos, a saber aprovechar las oportunidades que aparecen casi siempre camufladas quizás en un posible océano azul, a tener participación en las nuevas conversaciones que se están dando, sin fronteras – globales, ubicuas, instantáneas –en tiempo real, con nuevos códigos de comunicación y nuevos canales.
Contestando a la pregunta sobre si “son éstos los modelos hacia los que toda empresa debe evoluciona” pues estoy seguro de que sí. Que cualquier empresa sea del tamaño, sector o ubicación que sea, tiene capacidad de introducir mejoras o innovaciones en una, o muchas áreas de su actividad.
El reto fundamental a este respecto, es que los directivos y profesionales de cada empresa debemos adoptar esta mentalidad, cuestionar cada proceso o forma de hacer las cosas, debemos armarnos de la formación adecuada, no temer ni a la tecnología ni a los cambios, tomar ejemplo y aprender de los que van por delante, probar cosas, experimentar y seguir empujando como siempre lo hemos hecho, o quizás a mayor velocidad.
Este es el reto fundamental. Este es el reto apasionante.