Se puede decir que soy un aficionadillo al senderismo, que aunque de nivel muy flojo, me permite disfrutar enormemente de la naturaleza, lo cual me apasiona.
Durante mis últimas vacaciones alrededor del Vignemale, entre el Pirineo aragonés y francés, he anotado algunas reflexiones que la montaña me ha ayudado a digerir mejor.
Como buen herrero en mi casa, he utilizado una App de tracks de rutas y mapas para tener ayuda en la caminatas (por cierto, recomiendo Viewranger, como alternativa del predominante OruxMaps) y si bien es cierto que son una buena referencia, al final no dejan de ser la experiencia de un tercero que ha recorrido el camino según su criterio y contexto de aquel momento, y no siempre son el mejor camino a seguir para ti. Quiero decir que, como en la empresa, los libros y hojas de ruta son una buena referencia, pero al final tu entorno, tus fortalezas, debilidades y condicionantes, tu momento, son lo que son, y debes tomar tus propias decisiones ya sea en proyectos, en diseños, en desarrollos, en negociaciones, en decisiones estratégicas, etc. Creo que se trata de aprender de los mejores, y de tu experiencia pasada, pero ADAPTARSE y actuar en el presente de forma genuina y consecuente.
Por cierto, que las Apps de track de puntos GPS son muy útiles, pero un mapa grande y en papel ayuda mucho. Ayuda a tener una visión amplia, casi holística, de tu camino a la vez que del territorio. Ayuda a hacerte reflexionar sobre donde estás, cual es tu entorno y sus posibilidades, y por tanto lo que vas a hacer. Como en la empresa, ese es un ejercicio a realizar con cierta frecuencia: VISIÓN largoplacista, análisis y ADAPTACIÓN al entorno, y finalmente foco y ejecución en el PRESENTE.
A veces, para avanzar en la montaña subiendo hacia una cresta o un collado, toca andar justo en la dirección contraria a la que te diriges (zigzagueando) para poder suavizar las pendientes. Eso me recuerda que, sin perder nunca de vista el objetivo o la visión que tiene tu empresa, a veces toca ejecutar planes o tomar decisiones que no son ortodoxas o lineales, o incluso contrarias a lo que predica tu estrategia. El problema es que resultan especialmente incomodas porque hacen parecer que has perdido la coherencia, que das tumbos, y eso puede generar desconcierto en el equipo y/o en el mercado.
Quiero creer que dando explicaciones y generando un buen ambiente de COMUNICACIÓN, puede quedar tan claro el objetivo como en la montaña, pero siempre actuando desde la FLEXIBILIDAD.
He visto grupos avanzando juntos, pasando por algunas dificultades, y he visto como se ayudaban entre ellos e incluso a terceros que acaban de encontrar por el camino. Al final todos han llegado al destino (quitando uno que se lo llevo el helicóptero de la Guardia Civil 🙁 ) porque cooperaron dentro y fuera de su equipo. Al igual que dentro de la empresa, se COMPITE con uno mismo por ser mejor cada día, y se COLABORA con los demás para llegar más lejos juntos. Hay que ayudar, y hay que dejarse ayudar también. Las dos cosas son necesarias.
Ya sea el que sea tu nivel en la montaña, parece que hay algo indiscutible, y es que más vale constancia (ritmo medio) que impulsos bravíos (acelerones y velocidades sofocantes) para llegar al destino en las mejores condiciones posibles e incluso con los mejores registros. Y en particular, si lo que quieres es disfrutar de la ruta, lo que toca es andar mirando hacia el paisaje, no hacia el suelo para no caer con el andar forzado. Opino que en la empresa, como casi todo en la vida, la PERSEVERANCIA es una de las claves del éxito (sea lo que sea que entendamos por éxito) y hay que ser muy paciente para recoger resultados (y disfrutando del camino, a poder ser).
También me parece importante destacar el que para tener buenas vistas es necesario el ESFUERZO de llegar a los puntos donde se tienen, es necesario el ESFUERZO para recorrer, a veces, largos caminos. El esfuerzo es inherente al que quiere ser un buen profesional y a lograr construir una buena empresa. No hablo de sacrificio, que es el posible que a veces sea inevitable, pero sin duda el ESFUERZO es un ingrediente imprescindible en el mundo de la empresa, porque si quieres tener éxito profesional o empresarial dentro de la legalidad, la ética, la responsabilidad y el compromiso con la sociedad y el mundo, no hay atajos.
Para terminar, aprovechó la cita de Javi, un compañero fortuito de viaje, profesor de matemáticas y macroeconomía en Zaragoza: «un paisaje es un estado del alma»
y es que uno ve fuera lo que por dentro está preparado para asimilar. Si no estás bien en tu interior, no disfrutas con lo que haces ni lo que ves, por muy fantástico que pueda ser para otro ser humano. Como en la empresa, la motivación, el disfrute y la pasión en lo que se hace, es clave para que el resultado final sea excelente y enriquecedor, sin que el camino haya sido un sacrificio, sino todo lo contrario.
Algunas conclusiones
En la vida profesional y en la empresa, como en la montaña, es importante la visión global y la acción particular, el esfuerzo, la adaptación, la flexibilidad, la constancia, el trabajo en equipo, la comunicación, la cooperación y la superación personal. Y sobre todo, disfrutar con lo que se hace para que el camino sea tan bueno como el destino al que se pretende llegar.