El proyecto empresarial necesita visión, pasión y un sueño al final del camino, pero también hay que pisar tierra con paso firme y recuperarse de tropiezos más bien poco divinos.

Respondiendo a mi sobrino sobre mis 22 años en ENCAMINA

Este fin de semana le contaba a uno de mis sobrinos que hace 22 años, por una desgracia familiar que él conocía demasiado bien, había decidido que tenía que dedicar mi vida a algo que valiera la pena. Y que ser emprendedor junto a un amigo, había sido una de las respuestas que, en mi caso,  hallé.

Luego me tocó responderle algunas preguntas…

¿Cómo se empieza de la nada un proyecto empresarial?

Le dije que hacen falta, al menos, 3 de entre estos 4 ingredientes: una buena idea empresarial, formación avanzada en negocios, músculo financiero y mucha energía. En el caso de mi socio y mío, solo teníamos lo de la energía y pasión. Nada más. Haber sobrevivido 22 años, con ese comienzo, había sido mucha fortuna.

¿Y cuál ha sido la clave de esa fortuna?

Difícil de saber. Supongo que fundamentalmente haber logrado que personas fantásticas se hubieran sumado por el camino.

¿Qué hace que te sigas levantando con ganas cada día, después de 22 años?

Todas las posibilidades del futuro. Los proyectos en curso. Las ganas de ver a mis compañeros. Las ideas por venir. Las pequeñas celebraciones. Los retos. El convencimiento de que ENCAMINA tiene un propósito real, honesto, por el que vale la pena partirse la cara y doblar la espalda.

¿A qué tienes miedo después de 22 años?

Me da miedo cada vez que miro al mundo y veo, por ejemplo, crisis geopolíticas y guerras, crisis de abastecimiento, crisis energéticas e inflacionarias y me pregunto de qué forma va a golpear nuestro pequeño barco y a toda su tripulación. Porque siempre golpea; ya ha ocurrido antes y seguirá ocurriendo.
Temo que no ganemos el tamaño suficiente para ser relevantes y sobrevivir al proceso de concentración de la industria, necesario para garantizar inversiones, economías de escala, capacidad de internacionalización e innovación, etc. Siento que estamos en una cruel carrera donde los últimos del pelotón van siendo eliminados inexorablemente.
Me aterra no dar la talla y fallar a aquellos sobre los que tengo responsabilidades.
Me asusta que el tiempo pasa muy muy deprisa, y que no nos dé para lograr todo lo que nos queda por hacer. Que con la edad me falle la salud o las fuerzas y no pueda seguir tirando del carro.
Pensándolo bien, tengo un montón de miedos

¿Y cómo calmas esos miedos?

Desde la perspectiva emocional diría que tanto mi socio, como mis compañeros más cercanos, me han dado siempre la calma suficiente para seguir.
En un plano más racional, la idea es tener un plan bien trazado, una estrategia que te permita mirar adelante y dedicarte a ejecutar, aun cuando la cabeza se llena de temores.

¿Qué es lo que no te deja dormir por las noches después de 22 años?

Tengo la fortuna de dormir muy bien por las noches; en sentido literal y figurado. En lo profesional, aunque vivo rodeado de sustos, riesgos y malas noticias, solo he tenido problemas de sueño cuando alguien cercano a mí en la empresa decide dejar ENCAMINA. Por desgracia, esas salidas me afectan mucho y no soy capaz de dejarlas encapsuladas en el plano laboral. Por suerte, para el resto de malas noticias, el sueño es reparador.

¿Y de qué te alegras más después de estos 22 años?

Pues, aunque suene muy corporativo, de verdad que el estar haciendo realidad el propósito de ENCAMINA es sus cuatro dimensiones me llena plenamente.
Me refiero a ayudar a hacer crecer personal y profesionalmente a nuestro equipo. Tengo tantos ejemplos como personas que están o han estado en ENCAMINA. Muchos ejemplos asombrosos. También a cómo estamos logrando inspirar positivamente a otros, desde clientes o comunidad técnica a incluso, a veces, nuestra competencia. Por supuesto, hemos cosechado maravillosos éxitos transformando a nuestros clientes de los que también me siento muy orgulloso. Y finalmente, aunque todavía me siento un poco insatisfecho por el resultado cosechado hasta la fecha, hemos venido a hacer historia y lo vamos a conseguir.

¿No se mezcla demasiado la empresa con tu vida?

Cierto. Cada persona es un todo y todo está mezclado. Yo no veo un problema hacer de la empresa para la que trabajo un capítulo muy importante de mi vida.

Creo firmemente que a la vida venimos a cosechar felicidad y a dejar el mundo mejor que lo hemos encontrado. ENCAMINA está siendo una buena palanca para ambas cosas, y creo que lo está siendo para much@s de nosotr@s.

 

 

mm

Sobre Hugo de Juan

Ingeniero de Telecomunicación en mis inicios, pasé al lado más colorido del negocio con un master en Marketing y posteriormente con un Executive MBA. Hoy CEO en ENCAMINA, socio director en ENTRESISTEMAS, profesor postgrado en ESIC Marketing & Business School, soñador, eterno aprendiz y Doctor Ingeniero en economía digital. Me va el marketing, la tecnología, mi familia, los amigos y la vida buena, incluso más que la buena vida.
Esta entrada ha sido publicada en reflexiones, vida y etiquetada como . Enlace permanente .
Suscríbete a Con la cabeza en las nubes y los pies en el suelo

Suscríbete a Con la cabeza en las nubes y los pies en el suelo

Recibe todas las actualizaciones semanalmente de nuestro blog

You have Successfully Subscribed!

ENCAMINA, piensa en colores