Ayer Javier Megías me enviaba un mensaje directo en Twitter comunicándome que había puesto a ENCAMINA como ejemplo de apertura y transparencia en la empresa en su última entrada a su excelente blog sobre temas empresariales.
La entrada en cuestión, cuya idea suscribo plenamente, trata sobre los beneficios que pueden ocasionar a las empresas unas políticas de comunicacíón abiertas y transparentes, donde por un lado se humanicen las relaciones entre los diferentes actores y por otro la comunicación sea mucho más fluida, horizontal y abierta. (Como el resto de su blog, recomiendo fervientemente su lectura). He de reconocer que en un primer momento me satisfizo la mención, pero pensándolo bien, quizá fuera excesiva y me pudiera llevar a la autocomplacencia. Por otro lado Javier no es un íntimo amigo que me deba mil favores, apenas nos conocemos hace unas pocas semanas y de tres eventos puntuales más una comida improvisada con recortes de Mercadona, por lo que quedaba descartada la adulación. Puede que la razón sea que externamente damos esa imagen, en parte es lo que se prentende, pero me veo en la necesidad de contarle la verdad y matizar esa percepción.
Mi matización solo pretende ilustrar, ya que nos ha puesto como ejemplo, que no es nada fácil conseguir eso, y que por supuesto en ENCAMINA no solo no lo hemos conseguido, si no que creo que estamos muy lejos de llegar a hacerlo, eso sí, espero que al menos estemos en el camino.
Parto de la base de que la dirección de esta empresa está comprometida con esta forma de entender la gestión, por mucho que a veces sea difícil llevarla a la práctica. Otro punto de partida es que esta es una de esas cosas importantes, pero no urgentes, por lo que habitualmente no hay presiones inmediatas para llevarlas a cabo.
A partir de esas premisas, nuestra realidad es que, pese a tener en danza unos cuantos blog corporativos, todos ellos con responsables directos y todos ellos realizados motu proprio por los propios autores, estos tienen una actualización desigual y algunos hace meses que no tienen ninguna entrada. Yo mismo que me hago propósito de actualizar este blog al menos una vez a la semana, dejo de hacerlo con más frecuencia de la debida. Es cierto que en las últimas semanas estamos intentando racionalizar el número de blogs y eliminar los que no tienen sentido y hacer propósito de mantener los que sí, a ver como acaba.
Otro problema sobre la comunicación es que no comunicamos lo que al menos a mi me gustaría que se comunicara. Sí, hay varios blogs, este incluido, sobre temas generales de empresa, tales como recursos humanos, gestión, prestación de servicios, etc. pero falta información sobre algunas de aquellas cosas de las que presumimos que somos expertos. No parece de recibo que una empresa que se declara experta en banca no tenga un blog sobre este tema específico, por poner un ejemplo.
Luego está el tema de la transparencia. Yo al menos suelo tocar a veces temas más o menos delicados en esta bitácora, y he de reconocer que más de una entrada se ha quedado sin escribir pese a tener ganas de hacerlo y alguna otra ya incluso escrita está pendiente de publicación todavía. ¿A que es debida esta autocensura? Supongo que a la falta de valentía por mi parte, a que escribo con el corazón y cuando la cabeza revisa lo escrito se encuentra con demasiadas cosas políticamente incorrectas, a que cuando tratas temas personales, y es inevitable tratarlos, debes procurar no escribir nada inadecuado y a que en el fondo no puedo abstraerme de mi cargo en esta empresa que me impide decir algunas cosas que realmente siento. Y pese a ello, a veces desde marketing me han dado un toque por decir algunas cosas que se consideran inadecuadas dentro de la política oficial. Afortunadamente, despúes de todo, publico lo que creo conveniente, igual que insto a hacer lo propio a los propietarios de cada blog. Ni que decir tiene que otros temas como hacer públicos los salarios son casí tabú, y que pese a que nos lo hemos planteado en alguna ocasión, siempre los contras han superado a los pros, y es que en este caso todavía nos queda mucho camino por recorrer.
Aparte de los blogs, hay otros canales como youtube, slideshare, twitter o facebook, que siendo canales de comunicación que utilizamos, ni mucho menos les sacamos el máximo provecho, quizá porque aún estamos aprendiendo y no los tenemos interiorizados y por tanto aún están por explotar plenamente. Pienso que el problema puede venir por intentar darle un aire demasiado corporativo, en vez de ponerle cara a las personas que los gestionan, que supongo que es lo que nos gustaría a todos encontrar cuando nos dirigimos a una organización, personas.
Con todo, esto no es la parte que más me duele que no se explote, ya que básicamente esta es información al exterior y quieras que no hay un departamento que se encarga de ello. La parte que menos me gusta es la de comunicación interior. Desde hace años tenemos un Portal del Empleado, CO4, que pretende ser el lugar de encuentro de no solo los empleados, si no también los clientes de ENCAMINA, desde luego no tiene el éxito y uso que cabría esperar, o sí, si nos atenemos a punto 44 del manifiesto Cluetrain: «Las compañías instalan sus intranets desde arriba para distribuir sus políticas de recursos humanos y otra información corporativa que sus trabajadores están tratando de ignorar.» Supongo que por aquí nos equivocamos, pero claro, si la dirección no lo propone o impulsa ¿quien lo va a hacer?
Porque tampoco nos engañemos, muchas de las personas que trabajan con nosotros, salvo honrosas excepciones, no son especialmente participativas, y resulta paradójico que en las encuestas aparezca siempre la comunicación como una de las necesidades más demandadas por los individuos, pero cuando se ofrece está y los canales pertinentes, apenas se utilizan.
Y no creo que sean percepciones mías, este post, como todos los anteriores, llegará a toda mi organización por diferentes canales, púes he tenido mucha más respuestas de personas externas a ENCAMINA que de las personas que trabajan en ENCAMINA, que serían las principales interesadas, y a las que en primera instancia van dirigidos. Otro ejemplo, nuestro buzón de sugerencias apenas es alimentado por unas pocas personas y una sola de ellas, realiza más del 50% de las mismas. Esas mismas personas que no sugieren nada en nuestro buzón, estoy seguro que en los corrillos y cafés creen saber perfectamente donde están los problemas de la empresa y como solucionarlos, pero no somos capaces de motivarlos para que los trasmitan y documenten.
También, supongo que como Javier, creo en la Wikinomía, la economía de la colaboración. Pido a mis compañeros que utilicen las redes sociales para trabajar, que encuentren allí a sus antiguos jefes y compañeros, por que pueden ser nuestros próximos cliente, proveedores o colegas, pero pocos más creen en ello, afortunadamente alguno lo hace, pero me da coraje la potencialidad que perdemos por no hacerlo de forma intensiva.
Lo mismo ocurre con el conocimiento, creamos una red social, TicTacBanca, con el propósito, añadido al de red social, de compartir experiencias y crear una base de conocimiento en forma de Wiki, elevando nuestras capacidades profesionales. Apenas nadie internamente la usa, «¿Para que?» Te dicen, me duele no hacer entender que el cambio que estamos viviendo nos éxige nuevas formas de comunicarnos, colaborar y actuar. Tres cuartos de los mismo con Yammer, una fantástica herramienta que bien usada podría marcar la diferencia claramente con la competencia, pero que a la mayoría les es totalmente ajena, «¿Para que comunicar en que estoy trabajando?, ¿A quien le iba a importar o aportar algo?» Deben pensar.
Como ves Javier, no todo es tan de color de rosa, y lo peor es que, desde mi convencimiento, pienso que el uso adecuado de todas estás herramientas nos diferenciaría claramente en este entorno tan hostil para darnos una ventaja competitiva, si no permanente, ya que es previsible que nuestra competencia va acabar usándolas si quieren salir adelante, si al menos temporal en esta época convulsa. Sigo con mi evangelización, a ver si hago medio dudar a alguien más y se ánima a probar, o quien sabe, quizá hasta comentar esta entrada. Si no, al menos espero que mi competencia espabile cuanto antes y por lo menos tengamos un sitio al que ir a pedir trabajo si no somos capaces de adaptarnos a tiempo, ya que estoy seguro que en otras partes del mundo no están durmiendo viéndolas venir.