Mi segundo encuentro con un exministro, tras el que tuve con Juan Costa, ha sido con el exministro de trabajo Manuel Pimentel en el Foro de Excelencia Empresarial montado por AJEV con la colaboración de Bancaja. En este caso el público era muy diferente, conocidos empresarios, algún político y claro, los asociados de Jóvenes Empresarios.
La impresión que me ha causado Pimentel, que ya me caía bastante bien de su época de ministro, ha sido muy buena, serio pero cercano, y desde luego muy pedagógico.
Para empezar comenzó advirtiéndonos que nada de lo que dijera tenía ninguna garantía de que se fuera a cumplir, ya que el era un firme creyente en la teoría que se desarrolla en el libro El Cisne Negro del empirista escéptico Nasib Taleb donde se afirma que los sucesos aleatorios y extraordinarios (los cisnes negros) impiden realizar ninguna previsión razonable basada en estadísticas racionales. O lo que es lo mismo que los sucesos pasados no nos permiten predecir el futuro.
Con este considerando y aprovechando el bicentenario del nacimiento de Darwin comenzó comparando el entorno empresarial al entorno biológico, donde una empresa es como un ser vivo que lucha por no morir, y que como al igual que esos, las empresas nacen, crecen, a veces se reproducen y finalmente, de una u otra forma, mueren.
En este entorno cambiante, ahora más aún, las empresas tienen que competir siempre por los escasos recursos disponibles en su ecosistema, y para ello se produce un continuo intento de adaptación al medio para intentar sobrevivir a toda costa. Las que mejor y más rápido lo hacen son las que tienes más probabilidades de conseguirlo.
Siguió hablando de liderazgo y la necesidad de inteligencia en el mismo, entendida como la capacidad de elegir, una capacidad vinculada a las decisiones estratégicas, que separó claramente del talento, vinculada a las decisiones tácticas. Y recordó que trabajar duro no era garantía de éxito, si este trabajo no iba acompañado de la inteligencia necesaria para haber elegido el camino adecuado, de nada sirve trabajar duro en una senda equivocada, es más, cuanto más duro se trabaja más te acercas al precipicio.
Siguió hablando de economía, recordándonos que a los financieros nada de lo humano les era ajeno. Citó al hoy vilipendiado Alan Greenspan, ex-presidente de la Reserva Federal americana, que en cambio tantas veces fue alabado por su gestión en sus años al frente de la FED, y lo citó para recordar que en economía solo hay dos estados posibles de ánimo, la euforia o el pánico.
En este sentido afirmó que el ser humano era especulativo por naturaleza y que cuando las cosas subían de precio compraba llevados por la euforia esperando vender más caro y cuando bajaban vendían llevados por el pánico. Reflexionó sobre porqué nadie crítica la malvada especulación inversa actual que es mucho más diabólica que la anterior, ya que mucha gente que tiene dinero y que incluso necesita una vivienda o un local, está esperando a que los precios caigan más todavía para comprar, y estos comportamientos individuales tenían terribles consecuencias para la economía y el empleo.
Apuntó que las reglas del juego iban a cambiar radicalmente y que a partir de ahora íbamos a ver una banca mucho más aburrida y tradicional sin los excesos de los últimos años.
Analizó la curiosas situación de España, donde con decrecimientos del PIB menores que los de la mayoría de los países de nuestro entorno, se producían tasas de paro altísimas en comparación, puso el ejemplo de Alemania donde el PIB decreció un 6,9% en el primer trimestre del 2009, en comparación del 3% de España y sin embargo mientras el empleo se desmorona en España, en Alemania este no es un grave problema e incluso han estado creando empleo. Este hecho provoca que es España haya una mayor sensación de crisis que en otros países del entorno, que teniendo una crisis mayor, no la perciben como tan grave. Explicó esto a la caída de un sector, como la construcción, intensivo en empleo, y a la rigidez del mercado de trabajo español.
En cuanto al futuro, para empezar coincidió en que la crisis está remitiendo y que lo peor ya ha pasado, y ya no se está en caída libre. Indicó que las previsiones van desde una recuperación en el 2011 o incluso en el 2012 a quien piensa que en el último trimestre del 2009 se esté ya creciendo en términos intertrimestrales, y que él no consideraba esta posibilidad descabellada.
En este sentido apuntó las señales que se están produciendo en todo el mundo, los famosos «brotes verdes», como las mejoras de la confianza de los consumidores o las revisiones al alza de las previsones de algunos indicadores. Cree que el paro ya subirá relativamente poco, que los impuestos seguirán creciendo para cubrir el déficit público y dijo algo muy interesante y es que con las tasas actuales de ahorro, la inflación negativa y la bajada de los tipos de interés, la mayor parte de las familias españolas, entre un 60% y un 70% estimó, tiene más poder adquisitivo que antes de la crisis, o sea, son más ricos pero siguen sin consumir.
Respecto al gobierno, comentó que su capacidad de actuación es muy limitada si la ola, como en este caso, es muy grande y sobrepasa de largo su capacidad de influencia. Comentó en ese sentido que en España tenemos los «decibelios» altos y hay una continua sensación de crispación que se respira en la vida política.
Pese a todo, él estima que España no va a ser el último país en salir de la crisis, y apela al dinamismo de los españoles, a que la sociedad está mucho más preparada que en anteriores crisis, y recordó que en la del 93 se llegó a un 24% de paro, cosa que a día de hoy es impensable que se llegue.
Respecto al modelo económico, sin descartar la necesaria inversión en nuevos sectores, tecnológicos sobre todo, propugnó por una renovación de los sectores tradicionales que siempre fueron los que mantuvieron nuestra economía y que era muy difícil que esto cambiara. Lo necesario es innovar y actualizar esos sectores, porque durante años seguiremos siendo un país que reciba turistas, que tenga una potente agricultura o que sirva de segunda residencia a los europeos que necesitan casas para vivir. En la época Romana la Bética, de donde procede Pimentel, exportaba al resto del imperio romano, aceite, vino, metales, bailarinas y caballos y hoy dos mil años después sigue exportando lo mismo, por lo que este tipo de cambios estructurales no son nada sencillos y no se puede abandonar generaciones de conocimiento en sectores que son aún claves en nuestra economía, por supuesto sin dejar de aprovechar las grandes oportunidades que aparecerían ante las nuevas demandas de la sociedad.
En cuanto a la gestión de Recursos Humanos, que al fin y al cabo era de lo que trataba la charla, indicó como talento fundamental en cualquier empresario ser buen capitán de personas. Uno de los temas más interesantes que trató fue el cambio de paradigma en la gestión de recursos humanos, desde una gestión donde las palomas se hacían fuertes a la actual donde las circunstancias exigen que sean los halcones los que impongan sus estrategias. Es decir que hemos pasado de un mercado de trabajo dominado por los empleados a los que había que ofrecer planes de carreras, motivación o comunicación para atraerlos y retenerlos a uno dominado por los empleadores que ahora exige resultados, compromiso, dedicación. No obstante también dejó claro que no se podía ser únicamente paloma o halcón y que había que ser capaces de adaptarse a las circunstancias.
Otro punto interesante fue el del marketing, donde están cambiando también los paradigmas, y las marcas ya no solo deben de emocionar, sino que deben contar historias. Y en este sentido está cambiando la publicidad, los consumidores quieren oír historias. Como ejemplo puso el de Mercadona que con su apuesta por las marcas blancas, y la historia que nos cuenta con los ahorros de costes en marketing y publicidad, ha sido capaz de cambiar incluso a nivel mundial el negocio de la distribución.
Nos habló de los cambios estructurales que se están produciendo en la sociedad española y que el cree irreversibles y para los que hay que estar preparado. Puso especial énfasis en la aportación de la inmigración, que consideró fundamental y que va a seguir creciendo, y con ella la población que lo sigue haciendo a buen ritmo, por lo que es probable que el stock de viviendas no dure tanto como se preve y en un par de años esté agotado. Recordó que muchos de esos emigrantes son también emprendedores, que trabajan duro y tienen ambición de salir adelante, que se convertirán en empresarios y que todo ello mejorará y diversificará el tejido empresarial.
En definitiva, concluyó con la posibilidad de que en 3 ó 4 meses estemos hablando de otra cosa al respecto de la crisis, y que hay que estar preparados para ello.
En el turno de preguntas se le hicieron algunas de corte más político, ámbito que no surgió en ningún momento previo.
Respecto a la acción de gobierno, su opinión es que el gobierno no ha cometido grandes errores, pero que no tiene un plan claro y está improvisando, lo que le ha hecho perder crédito político, pero que confía en la recuperación cíclica, que con toda seguridad se dará y que las elecciones del 2012 están muy lejos, por lo que es probable que para entonces todo haya pasado y el PSOE se encuentre cómodo. Y en cuanto a la oposición, dijo que el PP, partido al que pertenece, corre dos serios riesgos en esta situación si utiliza una estrategia basada solo en lo económico, el primero, que parezca que se alegra de las cosas vayan mal, y esto puede volverse en su contra, y el segundo, que efectivamente la economía se recupere antes de las próximas elecciones y se haya quedado sin argumentos frente al gobierno.
El otro tema que surgió en el debate fue el del empleo y la reforma laboral. Defendió el dialogo social, pero dejó claro que pensaba que no se podía quedar el tema únicamente en manos de los agentes sociales, y si no había acuerdo, sería necesario legislar sin él, ya que lo peor, desde su punto de vista era la inacción, y no podía ser que si no había acuerdo, no se legislara. Puso como ejemplo a los «decretazos» del Gobierno de Felipe González que reformaron el mercado laboral, sobre todo el de 1994 que bajo el despido de 45 a 20 días, ante la crisis del 92-93 y que le costaron al gobierno socialista dos huelgas generales.
No abogó en especial por la reducción del coste despido, aunque consideró que mientras no bajará, la recuperación del empleo sería muy lenta, ya que las empresas que acababan de sufrir los costes de adaptar sus plantillas a la situación actual estaban escarmentadas y les costaría volverse a embarcar en contrataciones si no eran estrictamente necesarias. Aunque más bien dijo que hacían falta toda una batería de medidas que nos acercaran a los países de nuestro entorno, ya que, era incomprensible que con el despido más caro de Europa, sin que el PIB caiga como el de nuestros vecinos, nuestro paro fuera el doble que la media europea.
En resumen, una intensa charla, con repaso a muchos temas de actualidad, evidentemente desde su perspectiva política, muy moderada por otra parte y desde luego muy amena y llena de optimismo de cara al futuro. Muchas ideas que analizar y unas cuantas cosas sobre las que reflexionar.