Quizá para Belén, Teresa o Manuel el día fue agotador antes que nada, porque se pegaron una buena currada para que todo saliera bien. Pero para la mayoría de los que pasamos el sábado por el bajo que tan amablemente nos prestó la comunidad de vecinos de José Olmos, la experiencia fue la de un día divertido, algo así como salir de excursión.
Se agradece estar rodeado de personas que no solo aportan su trabajo y su talento, sino también su buen humor y ya no solo en el día a día, sino incluso en un ejercicio de perdida de vergüenza fuera de horario laboral.
Pese a algunos temores, estoy seguro que el resultado será excelente y por supuesto el proceso ha sido excelente.
Algunas veces temo que todas estas iniciativas que tomamos y que son tan diferentes a las que toman muchas de las empresas de nuestro alrededor geográfico o sectorial, no nos estén desenfocando del objetivo final que debe tener toda empresa para su supervivencia y que no es otro que la generación de valor empezando por la cuenta de resultados. Sin embargo cuando participo de la pasión con que se realizan estas y otras iniciativas, me congratulo de formar parte de este fantástico equipo porque creo que, efectivamente, es necesario no hacer las cosas como los demás para poder destacar entre la multitud y seguir adelante en el cambiante mundo que nos ha tocado vivir.