Esta semana pasada se publicaba en la revista http://diario.eleconomista.es un artículo que firmo como ingeniero miembro del COITCV/AVIT, CEO de ENCAMINA y profesor de ESIC Marketing & Business School sobre algo que, sinceramente, me preocupa mucho: ¿Tenemos los líderes adecuados para guiarnos en el incierto mundo en el que nos ha tocado vivir? ¿Quién se está preocupando de nuestra sanidad, educación, empleo, economía y empresas,… a 15 años vista? ¿Qué líderes necesita el futuro mundo digital?
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Transcripción reducida del artículo en http://diario.eleconomista.es:
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La disrupción digital trae grandes oportunidades de mejora para la humanidad, pero a la vez supone una profunda crisis en los modelos productivos y de empleo, cambios drásticos en relaciones laborales y personales, nuevas necesidades educativas, desconocidas amenazas y quiebras a la seguridad, y toda una crisis de cultura y valores en nuestra sociedad.
En este inevitable e incierto futuro que nos ha tocado vivir, necesitamos de nuevos y renovados líderes, a todos los niveles, que sepan guiarnos para transformar esta profunda crisis en una catarsis positiva para nuestra sociedad y para el mundo. Los ingenieros más humanistas, y los humanistas más tecnólogos son los mejores candidatos para afrontar este reto del nuevo mundo digital.
El momento que nos ha tocado vivir
- Imagínense un modelo productivo donde la robótica, la automatización y la inteligencia artificial están plenamente instauradas en todas las fábricas. Será así o simplemente no habrá sistema productivo por la falta de competitividad global. Y los datos que ponen a España como 7º nación en la incorporación de robots industriales, con un crecimiento casi del 50% entre 2014 y 2015, dan buena cuenta de ese avance imparable.
- Imagínense, según predicen prestigiosas consultoras como Gartner o IDC, cómo los sistemas de gestión en las empresas, en el cercano 2020, tendrán una importantísima componente de automatización e inteligencia artificial que relevará de un 40% de tareas manuales o burocráticas a profesionales y mandos intermedios.
- Imagínense un sistema educativo que debe dar respuesta a las nuevas necesidades de empleo de un cercano 2030 donde los arquitectos de realidad virtual, los ingenieros de nanorobótica, los autores y editores de contenidos en realidad aumentada, los científicos de datos, los desarrolladores de soluciones para Internet de las Cosas o los diseñadores y entrenadores de inteligencia artificial, serán algunos de los profesionales más demandados.
Un sistema educativo donde los bots (sistemas que se comunican naturalmente, aprenden y tienen inteligencia artificial) están siendo ya programados para impartir lecciones, dar respuestas multimedia e interactuar con los alumnos, de forma virtual, estén donde estén estos alumnos (ya que la traducción simultánea entre cualesquiera lenguajes está a punto de ser habitual, e incluso gratis, en breve). - Imagínense cómo se modificará toda la logística y nuestro día a día en el mundo de los transportes cuando los coches autónomos, que ya están rodando en varias ciudades como San Francisco, o los drones que ya se están probando en varios servicios de reparto de Amazon, funcionen de forma generalizada en todas las ciudades y operaciones.
- Y sin duda, seguro que no le cuesta nada imaginarse un mundo el que la comunicación entre personas se realiza mayoritariamente a través de dispositivos tanto móviles, como incrustados en nuestra ropa o rodeándonos en nuestros entornos. Y cuando esa comunicación no solo sea entre personas sino también con electrodomésticos y otros aparatos u objetos cotidianos, así como con entes inteligentes artificiales. Algo como lo que hoy ya estamos experimentando algunos de nosotros en nuestras casas con dispositivos, como el Google Home, por poco más de 100,00€.
El futuro que nos ha tocado vivir
En ese mundo lleno de comodidades, el empleo se habrá transformado radicalmente, con nuevas profesiones tras la extinción de millones de puestos de trabajo obsoletos, con una elevadísima mortandad y catarsis de empresas, y la generalización de disruptivos modelos económicos.
En ese mundo, el sistema educativo se habrá adaptado radicalmente, con una forma de vida que se basará en nuevos valores y formas de relación. En ese mundo, con toda certeza, la humanidad habrá evolucionado a mejor, como por ejemplo lo hizo tras la revolución industrial.
Sin embargo, que sea una crisis que discurra con gran sufrimiento de adaptación para la sociedad o sea una evolución progresiva y positiva para la mayoría de las personas, requiere de un liderazgo de talla en todas las dimensiones económicas, sociales y culturales. Un liderazgo altamente formado y visionario, que sepa entender las implicaciones de la disrupción tecnológica e interprete el mejor futuro posible donde el software será el ADN de la economía. Un liderazgo lleno de talento que, hoy mismo, ya esté trabajando en cómo facilitar esa transformación digital de su empresa, de su escuela, de su hospital, de su ciudad o de su país, a 15 años vista, de forma holística, equilibrada y efectiva…
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