El pasado mes de Junio de 2015 tuve el gran honor de recibir el Premio ASTER al emprendedor 2015 de la Comunicad Valenciana, y el gran privilegio de representar personalmente a ENCAMINA y ENTRESISTEMAS, a sus socios, y a sus equipos humanos, que son realmente los que justifican tal premio.
Las consideraciones que más me enorgullecen del premio es lo que el jurado destacó para concederlo: «…por su capacidad para sobreponerse ante la adversidad, comprometido con la sociedad y el talento, generando empleo y valor añadido a la Comunidad Valenciana, y España«, el que el premio provenga de una institución como ESIC que tanto estimo, y el que después de 15 años currándonoslo, somos muchos en la casa los que agradecemos este tipo de estímulos para seguir con más fuerza otros 15 años más, como mínimo.
Pero como efecto colateral y que me ha quedado residual unas semanas después es que el premio era como «emprendedor» a mis 45 añazos (y unas cuantas o muchas arrugas y canas en mi cabeza) y después de llevar 15 años ya con el primero de mis proyectos empresariales en marcha.
¿Se puede ser emprendedor a una edad madura y tras años de ser empresario?
Pues creo que si entendemos que el emprendedor es aquél que se levanta cada mañana convencido que todo empieza de nuevo hoy, que hay mucho o todo por hacer por delante, que está lleno del entusiasmo que hace posible tratar de resolver todos los problemas imaginables en múltiples frentes profesionales y humanos, que se enfrenta a la incertidumbre casi absoluta y asume el riesgo de ello en su propia persona… pues sí, se puede ser emprendedor a los 45 y un montón de cicatrices ya a la espalda. Doy fe :-).
Vamos a por otros XV años, o más!