En estos tiempos en los que el mundo es monotemático, y crisis-dependiente desde el punto de vista informativo y conversacional, no me deja de sorprender los continuos lloros y balones fuera que todo hijo de vecino echa, culpando irremediablemente a «los otros» de todo mal que nos acecha.
A mi no me interesan especialmente las causas de la crisis, más allá de aprender de ellas y como curiosidad histórica y económico-financiera, y en ningún caso quiero buscar culpables, ya que no creo que sirva para nada y más sabiendo que todos somos responsables a nuestra medida.
Si, es cierto que algunos se han hecho más ricos y no deja de ser menos cierto que quien más o quien menos ha sacado tajada, ya con especulaciones inmobiliarias ya con un empleo más o menos bien pagado y poco cualificado, que ha primado la cultura de lo fácil, en contra de la del esfuerzo.
Algunas veces me he encontrado con compañeros de trabajo que se quejaban amargamente de que ellos con un título de Ingeniero Superior en su haber cobraban bastante menos que amigos que estaban en la obra sin ninguna cualificación académica, y tenían razón. Hoy, cuando su amigo es el típico parado con adosado hipotecado y BMW a la puerta quizá se dé cuenta que el camino que él escogió no era tan malo.
Por que nos hemos encontrado con una situación donde el camino fácil de la construcción o la hostelería ha dejado despoblado de personas cualificadas nuestras empresas. Hay una generación de jóvenes que ha crecido laboralmente en este peligroso caldo de cultivo de la bonanza económica y que hoy hay que recuperar. Quizá tengan talento, pero lo han empleado en trabajos de poca productividad y ahora necesitan reciclarse rápidamente para integrarse en la nueva realidad.
Ahora, donde los ERE campan por doquier, quizá sea injusto que se pierdan esos puestos de trabajo, pero no sirve de nada lamentarse. Solo sirve tirar del carro, cada uno en su propia medida y creo necesario un cambio de actitud de todos los que estamos por la labor. Solo depende de nosotros, empezar ya a reciclarse para aportar trabajo, conocimiento y servicio allí donde vaya a ser necesario, que me temo que durante unos años no van a ser las obras ni muchas de las cadenas de producción que nos rodean.
Hay que poner el talento, que no me cabe duda que existe a nuestro alrededor, a trabajar. Nuestro país ha crecido durante años en base a mano de obra intensiva, y ese modelo no es sostenible, como se está viendo. Tenemos que apostar por la I+D+i, aunque eso suene rimbombante y manido.
Todos a nuestro nivel podemos colaborar. Repito continuamente que existen dos caminos sencillos para mejorar la productividad y por tanto salir cuanto antes de la crisis, uno es la tecnología, las TIC en concreto, por lo que nos atañe al GRUPO ENCAMINA esto nos pone en medio del camino que quien desee sobrevivir debe emprender o mejor dicho no abandonar, porque me temo que quien no lo haya emprendido ya, difícil lo va a tener. En este sentido como empresa intentaremos estar preparados para atender las necesidades de nuestro mercado, que es el de las empresas que van a salir de la crisis reforzadas porque han apostado por mejorar su productividad en base a la tecnología.
El otro camino es el de la formación, es el momento de que los que han perdido o temen por su puesto de trabajo se dediquen en cuerpo y alma a formarse en aquello que consideren que puede darles el pan de mañana. Hay que poner el talento en marcha. Y los que no lo hemos perdido también debemos hacerlo. No podemos quedarnos quietos, podemos trabajar en mejorarnos a nosotros mismos, y por supuesto en concienciar a los demás para que lo hagan, al fin y al cabo esta es una labor colectiva.
La ola que nos está arrasando es solo la ola anterior a la que le seguirá, que si no se remedia, me temo que será mucho más impactante. Por otro lado los cambios que se están produciendo son apasionantes desde el punto de vista histórico, no dejemos que nos estropeen la vida y vivamoslos con pasión. Las circunstancias no se pueden cambiar, pero lo que hacemos y nuestra actitud ante ellas si. Hagamos lo necesario para seguir adelante y no ahogarnos en la crisis.