La comunicación es un factor clave en cualquier empresa. Últimamente hemos debatido mucho sobre este tema, debido a su importancia, que si se debe comunicar así o asao, que si lo debe comunicar fulano o mengano, si esto si, pero aquello no.
En ENCAMINA siempre hemos tenido claro que queremos que todo el mundo esté lo mejor informado posible sobre las cosas que le afectan o le pueden afectar en la empresa. Esto incluye las cosas supuestamente buenas: contratos firmados, reconocimientos o premios, contrataciones, certificaciones, eventos, resultados positivos, y las supuestamente malas: proyectos desbordados, despidos, abandono de inversiones, resultados negativos.
Y cuando digo supuestamente, quiero relativizar las noticias. No considero las cosas buenas ni malas. cada vez que utilizo el termino bueno o malo estoy subjetivando, realizando una valoración sobre algo y si es una valoración, puede o no ser acertada y por supuesto puede o no ser compartida. Pese a que haya cuestiones aparentemente objetivas, creo que hemos de ser lo más asépticos posibles.
Voy a poner dos ejemplos para analizar la comunicación en ENCAMINA. Uno fue hace un par de semanas. Como ya sabéis, y si no lo sabéis, pues este es el momento, hemos cerrado la oficina de Madrid. Esta era una decisión tomada hace semanas, que probablemente debíamos haber tomado hace meses. La oficina de Madrid no cumplía con los objetivos para la que fue abierta y esta siendo solo un gasto con un retorno limitado de valor. Si que es cierto que nos ha servido para decir, con razón, que teníamos oficinas en Madrid y eso nos ha dado más caché en el mercado, pero también es cierto que la oficina estaba normalmente vacía y que no ha sido necesaria generalmente para abrir nuevos clientes en la capital ni para atender a los existentes, ni siquiera para ayudarnos en los procesos de selección.
No sé cerró antes creo que porque se produjo el habitual efecto de no renuncia a la inversión, es decir, no renuncio porque como ya me he gastado una pasta en ella ahora echar para atrás es como perder esa pasta. Y entonces lo que se hace es perder más pasta. Exactamente igual que el que ahora tiene un piso, vive ahogado con él, pero no lo vende porque lo compró más caro que lo que vale ahora y decide que cuando vuelva a valer lo que le costó lo venderá, sin darse cuenta que cada día vale menos y que tardará años en volver a valer lo que le costó, si algún día lo vale. O el que no tira su paquete de tabaco a medias pese a saber que cada cigarrillo lo envenena, porque, claro después de haberse gastado 3 Euros en veneno, no es cuestión de tirarlo a la basura.
La explicación es lo de menos, pero esta es la mía, la cuestión es quien, como, a quien y donde debía comunicarse esta noticia. Primero yo no la considero dramática, ni siquiera mala por tanto no le doy la importancia de una noticia a comunicar de forma oficial y por parte del director general. Me parece un noticia operativa que forma parte de un plan para superar estos momentos de incertidumbre, en el cual una de las cosas que hemos decidido hacer es reducir aquellas partidas de gastos que no aportan el retorno necesario. Y esta era una de ellas. Esa decisión no condiciona nuestra estrategia de vender allá donde haya clientes, puesto que hemos visto que no es necesario tener oficinas físicas para vender grandes proyectos en Madrid.
Por cierto, dentro de este plan, hemos reducido el número de móviles de la empresa y hemos renegociado con nuestros proveedores con el objeto de reducir los gastos de telecomunicaciones, esta, por ejemplo, también es una noticia, en la misma linea, que deberías saber.
Por otro lado, si se ha de comunicar y no se ha ocultado a nadie. Las organizaciones dan muy poca importancia a la comunicación informal. Es decir que yo no necesito decirle a cada una de las personas de ENCAMINA lo que pasa (esto o cualquier otra cosa) porque debe haber una trasmisión fluida de información de arriba a abajo. Cuando comunicamos a nuestros inmediatos colaboradores noticias, planes, riesgos o lo que sea, salvo que se indique lo contrario, esperamos que estos trasmitan esta información hacia abajo de modo que la información fluya a la organización de forma natural y sin continuos comunicados oficiales para informar de cada detalle.
No obstante puedo entender que se le quiera dar formalismo a esta comunicación, porque evidentemente es importante, aunque a veces el formalismo es contraproducente.
Últimamente también hemos enviado algunas comunicaciones formales que han tenido el efecto justo contrario al deseado. Hablo de algunos correos de Hugo. Cuando querían hacernos ver que pese a la crisis, el futuro pasaba por nuestras manos y que teníamos no solo la capacidad de superarla, sino incluso salir reforzados de ella, tomando conciencia de lo que pasa a nuestro alrededor, actuando en consecuencia y haciendo las cosas bien. Por parte de algunas personas ha sido considerada como una comunicación negativa, que pretende anticipar congelaciones salariales o de empleo o incluso se ve como la posibilidad de que estemos pensando en cerrar la empresa.
En este, y en otros asuntos, no siempre acertamos con lo que hacemos, pero creo que siempre tenemos en mente hacer lo que consideramos mejor para ENCAMINA. Todos requerimos comunicación cuando creemos que hay poca, pero cuando se nos comunica algunos acabamos por ver en todo oscuras intenciones. O como dice la jota: si canto me llaman loco, si no canto cobarde, si bebo vino borracho, si no bebo miserable.