¿Cómo podemos ayudar siendo un barquito de papel en el océano?

Mucho estamos oyendo hablar de cómo afrontaremos las empresas la vuelta a la rutina tras el paréntesis del confinamiento ¿volveremos algún día a retomar las cosas tal y como las dejamos? ¿lo presencial dejará paso a lo virtual definitivamente? ¿cómo se resentirá la confianza del consumidor? Resistencia, Retorno, Resiliencia,  Reinvención y Reforma . Dicen los que saben (en este caso la prestigiosa consultora McKinsey) que en esas cinco R está la clave de la recuperación, y en ENCAMINA tenemos el humilde propósito de ser útiles en esa «reconstrucción» del futuro.

En cierta ocasión, alguien nos dijo que la verdadera ayuda, la que de verdad llega y es útil, es la de poner nuestro talento y esfuerzo al servicio de los demás. Esas palabras se convirtieron casi un mantra para nosotros y hoy vuelven a cobrar todo su sentido. Si queremos ayudar al mundo, tenemos que hacer lo que mejor sabemos hacer como empresa, diferenciándonos desde nuestra especialización, generando confianza y cierto optimismo.

Es cierto que solo somos un barquito de papel en el océano, pero queremos asomar la cabeza y estar ahí donde podemos ser útiles: apoyando el nuevo modelo de transformación de las empresas, tratando de hacer posible la esperanza y aportando lo que podamos como empresa que ayuda construir software de productividad y colaboración.

Creemos que ahora es el momento de que la transformación digital y la tecnología sean el motor de la recuperación económica. Por una parte, aliviando el sufrimiento de muchas empresas al facilitarles el acceso al nuevo modelo de organización que se impone con el teletrabajo, y por otra parte, poniendo nuestro granito de arena para que la «reinvención» del futuro en el que andamos inmersos sea más digitalmente humano, o más humanamente digital, poniendo el foco de la productividad en el talento.

Estamos convencidos de que si tintamos con esa esperanza y positivismo cada proyecto, cada producto y cada acción que llevemos a cabo estos días, al final, nuestro barquito de papel habrá cumplido su misión y llegará  buen puerto 😉