Todos los proyectos de Transformación Digital pasan por una fase de gestión del cambio, un cambio que no siempre es fácil (especialmente si hablamos de pequeñas y medianas empresas). Ya solo el término Transformación Digital da vértigo, pero es una oportunidad que no debemos dejar pasar… al igual que nos pasa en otros ámbitos de la vida 😉
Vamos a ponernos en situación. Imagina que después de mucho tiempo de debate y comparativa, tu pareja y tú habéis decidido adquirir ENCAPlus, una plataforma digital que ofrece series, películas y muchos canales. Ese mismo día, mientras tu pareja recoge a los niños del colegio, llega el técnico a realizarte la instalación y explicarte todo el funcionamiento para sacarle el máximo rendimiento a vuestra inversión en esta nueva plataforma digital.
Cuando tu pareja y tus hijos llegan a casa les muestras la nueva adquisición, les hablas de las funcionalidades que tiene y de todo el contenido que a partir de ahora podréis ver. Incluso les explicas cómo funciona el nuevo mando y de paso, les pones a tus hijos los dibujos animados de moda.
Por la noche, tu pareja y tú decidís empezar alguna de las series que os han recomendado. Le pides que busque alguna serie mientras acuestas a los niños, pero al volver, te comenta que no ha podido: «Yo no entiendo estas nuevas tecnologías». Buscas una serie y la pones.
Al día siguiente, cuando te levantas, tus hijos están viendo la tele con sus nuevos canales infantiles. «¿Cómo puede ser que mi pareja no sepa y mis hijos de 6 y 8 años sí?». Sin duda, no es cuestión de edades ni de inteligencia, sino de voluntad.
Por la noche volvéis a poner la serie, y de nuevo intentas premiar a tu pareja a que lo intente. «Que no, que yo con estas cosas no me aclaro». Te resignas. «Ya aprenderá cuando no le quede otra».
A la semana siguiente, estando en el trabajo, te llama. «Oye, ¿cómo puedo poner el partido que no pude ver ayer? Que no lo encuentro». Vaya, por fin se va a poner las pilas 🙂
Cuando llegas a casa, ha visto el programa y ha empezado una nueva serie. Te alegras. ¡Por fin has conseguido que todos en tu casa aprendan a usar la nueva plataforma digital! Tu pareja nota tu cara de alegría por el deber cumplido y te dice: «Se me olvidaba decirte, la semana que viene vendrá mi madre a vivir un mes con nosotros». Parece que habrá una fase 2 en la gestión del cambio 😉
Todas las empresas evolucionan, y esto conlleva cambios, y cambios generalmente importantes. Cuando una empresa decide implantar una nueva tecnología, ya tiene parte del camino hecho (ya ha tomado una decisión, como la elección de la plataforma digital óptima para tu familia). Pero esa nueva tecnología necesita una buena adopción para que tenga éxito.
La gestión del cambio es el proceso de liderar este cambio desde el lado humano. En todo cambio habrá personas que tengan una adopción más rápida (como tus hijos), y otras que sean más resistentes al cambio (tu pareja). Todos ellos deben llegar al objetivo final, que es el uso de la nueva tecnología. Por regla general, solo es necesario encontrar la motivación (ver el partido) que mueve a cada uno de ellos.
Además, la gestión del cambio es un proceso continuo. Cuando un grupo de personas ha alcanzado su objetivo, se puede plantear una nueva fase con un grupo diferente (tu suegra), o una nueva fase con el mismo grupo y una tecnología diferente (te has comprado un robot aspirador).
Como ya has visto, la gestión del cambio está presente en muchos aspectos de nuestra vida, no solo a nivel profesional. Los cambios en una empresa siempre son pensados con la idea de mejorar, y tú, seas quien seas, eres una parte importante de esa mejora.
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