La nube tiene diversos sabores a elegir pero no todos son los adecuados para nuestro proyecto o, si lo son, tenemos que poder identificar cuando usar uno u otro. PaaS, IaaS y SaaS son los principales modelos de nube. Si queremos desplegar nuestras propias aplicaciones corporativas deberemos descartar SaaS, entonces… ¿Sabemos elegir entre PaaS o IaaS?
Dentro de este modelo contaremos con Máquinas Virtuales, Redes Virtuales, VPN, etc. Desde el punto de vista de una aplicación, contaremos con la administración de la máquina virtual para poder desplegarla y ejecutarla en los servidores virtuales que necesitemos, teniendo en cuenta que tendremos que administrar, no sólo el servidor, si no también las redes virtuales, balanceadores de carga o copia de seguridad de la aplicación o los datos que implementemos en esta infraestructura.
La escalabilidad es un parámetro de configuración del entorno de ejecución con el que podemos escalar según nuestras necesidades o las necesidades de nuestros usuarios. Por ejemplo, para bajar el número de recursos disponibles cuando no estén trabajando.
Es en el modelo PaaS dónde nos planteamos hacer uso de otros servicios PaaS, por ejemplo, una Cache como servicio, un Bus de Servicio como servicio, y otros, para llevar la aplicación a un entorno de arquitectura cloud que permite aprovechar esos recursos que están expuestos como servicio para mejorar la escalabilidad y el coste de la misma.
Teniendo en cuenta que no todo es blanco o negro, si no que tenemos una amplia gama de colores a elegir y combinar, nuestras aplicaciones no tienen porque ser 100% IaaS o todo lo contrario, 100% PaaS. La mayoría de arquitecturas empresariales se pueden trasladar a un modelo IaaS pero lo normal es evolucionar hacia una Arquitectura Cloud en la que convivan elementos IaaS y elementos PaaS, teniendo preferencia por estos últimos ya que nos van a dar muchas más funcionalidades con un coste más adecuado para nuestras necesidades. ¿No crees?
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