Volver de vacaciones siempre suele suponer venir cargado de energías.
Yo vuelvo de unas vacaciones que he querido aprovechar profesionalmente. Y la verdad es que sí vuelvo cargado de energía y de convicciones.
He disfrutado de unas vacaciones en Inglaterra, con desarrollo profesional incorporado… He mejorado mi inglés, he ampliado miras y enriquecido mi visión empresarial.
A tan solo dos horas, el tiempo del AVE Valencia-Madrid y a un coste inferior, estás en un país que (salvo en el sector de la construcción) está en crecimiento económico, en plena actividad y con muchas cosas que funcionan realmente bien.
Por otro lado, se trata de un mercado muy maduro, con una competencia muy desarrollada y donde si no formas parte de su entramado parece muy difícil y costoso hacerse un hueco como empresa. Profesionalmente no parece tan complicado encontrar sitio allí y, la verdad, mi mujer y yo hemos descubierto que no resulta tan complicado vivir pues que se trata de un país muy abierto al mundo.
Me traigo la visión de que nuestro pequeño mundo es sin duda el mundo entero, para lo bueno y para lo malo.
Que no todos están tan negativos y agonizantes en su economía nacional y en su ánimo social.
Que en ningún sitio atan perros con longanizas, y que querer ser bueno en algo implica mucho esfuerzo, trabajo y espíritu de superación.
Que la internacionalización requiere de nosotros visión, actitud, talento, especialización y producto para nicho.
Me traigo incluso la tranquilidad de que si todo se me rompiera, volvería a empezar de nuevo aunque sea desde cero o aún menos, con tan solo que la salud y el amor no me falle.
Pero a la vez me traigo la convicción y la disposición de darlo todo para ayudar a salir adelante a mi país y a mi entorno. He recargado mi responsabilidad y compromiso con las buenas personas y la tierra que me han dado una educación, salud y una vida feliz con muchas más facilidades de las que las que tuvieron mis padres y abuelos. Ya encontraré un mejor momento de tomarme unos meses o años viviendo en otras culturas…
Suena patriótico, y yo me mofaba de lo patriótico e incluso lo tachaba con desdén, pero algo de eso es lo que siento.
No las tengo todas conmigo de ganar esta batalla en la que es posible que me encuentre muy solo; y todos los riesgos que estoy asumiendo son peligrosos para cualquier salud mental o física, pero mientras las fuerzas no me fallen (y no me tiren de aquí o derruyan mi pirámide de Maslow) me vais a encontrar trabajando por sacar adelante todos los proyectos positivos que sea capaz de empujar.
Desde luego, uno de esos proyectos que suman a nuestra sociedad son las empresas para las que trabajo y de las que soy parte (y por eso esta reflexión personal acaba siendo una consigna empresarial impresa en este blog).
Como decimos en ENCAMINA y ENTRESISTEMAS:
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