Una vez finalizado 2018 y en plena pista de despegue del 2019, aun da tiempo a mirar un momento hacia atrás y pensar en todo lo que da de sí un año. Sobre todo cuando haces lo que haces, por un motivo. Por un propósito claro. Te invito a ojear la memoria de ENCAMINA de 2018 sobre los «otros» resultados que hemos conseguido entre un gran equipo, grandes colaboradores y grandes clientes.
Este ha sido el año en el que ENCAMINA ha cumplido su mayoría de edad, tras 18 años de avance y evolución.
“Avance”, porque solo hay que ojear esta memoria que presentamos del año 2018 para constatar que ENCAMINA es una empresa que hace cosas cada vez más valiosas para clientes de los que sentirse orgulloso y para un entorno que logramos mejorar un poco cada día, contando con profesionales excepcionales y personas enormes en el equipo.
“Evolución”, porque no hemos dejado de transformarnos como empresa desde nuestro nacimiento en el boom de las punto-com fabricando producto digital, pasando por ser especialistas de soluciones de nicho del sector bancario hace una década, hasta ser hoy los expertos en el mundo de las tecnologías Microsoft.
De estos 18 años lo que se ha decantado como el mejor de los posos son unos valores, una visión y un propósito sólido y compartido por todo el equipo. Un propósito que escribíamos en una placa que celebraba el 18 aniversario poniendo nombre a una estrella y que decía: “Crecer personal y profesionalmente, inspirar y ayudar a otros, transformar a nuestros clientes y crear valor para el mundo.”
A la vista de la memoria de este año 2018, estamos cumpliendo con nuestro propósito como empresa y eso, en mi caso, justifica todo el esfuerzo y trabajo desarrollado hasta hoy y también el del día de mañana:
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