Escuchaba a Enrique Sánchez (presidente de Adecco) en APD-2018 esgrimir las claves del éxito de reconocidas compañías, y destacaba dos:
Y en mi opinión, la credibilidad es algo fundamental, pero no solo la del management, sino la de cualquier profesional de la compañía. La credibilidad de cualquier persona.
Decía Barry Posner (2015) que «la gente no cree en el mensaje si no cree en el mensajero». No en vano, para desmentir una noticia es más habitual desacreditar la fuente que demostrar que la noticia es incierta. Según este mismo autor los “mensajeros creíbles” …
El modelo de credibilidad se basaría, antes que nada, en generar confianza. Y la confianza se basa en la Sinceridad, la Fiabilidad, la Consistencia, la Integridad y el Compromiso.
Con esa base de confianza, hay que ganarse el Respeto y este se gana con la acción, con el ejemplo, con los hechos. Finalmente, con esa confianza y respeto ganado, hay que cuidar la comunicación, porque la Credibilidad tiene que dejarse ver, tiene que mantenerse y saberse inmaculada.
Este modelo parece que Ekaterina Walter (2015) lo explica con sus «12 Leadership Behaviors That Build Team Trust»
La credibilidad cuesta toda una vida en tenerse y se pierde en segundos.
Una persona tiene credibilidad y falta a un compromiso una vez, deja colgado a su compañero o pincha en su honestidad y daña seriamente su credibilidad. Y cuando eso ocurre, pierde el respeto y pierde la confianza de los demás. Y sin respeto ni confianza es imposible hacer equipo, influir en los demás o construir algo positivo.
Pero también funciona al revés: sé honesto, cumple con tus compromisos y mira adelante en positivo y tendrás un aura de credibilidad cual capa de superhéroe.
Las personas (y los buenos profesionales) queremos trabajar con compañeros, con clientes y con proveedores honestos, respetables y creíbles. Con ese tipo de gente damos lo mejor de nosotros mismos y nos sentimos bien. Yo quiero ser así. Tú también, ¿verdad?
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