Esta semana ha coincidido que dos personas de mi equipo me han comentado que no tenían muy claro a qué me dedico….
En primera instancia lo natural es mosquearse porque todos creemos que somos el centro del mundo y en ese caso es inexplicable que 6 o 7 mil millones de personas no sepan a qué nos dedicamos.
En una segunda reflexión, a lo mejor es que vale la pena explicarlo, porque efectivamente ni mi mujer sabe a qué me dedico (y no me refiero a las funciones que pone en la descripción de mi puesto, que suenan muy bien y ya lo explicaré en otro momento, sino al crudo día a día)…
Puesto a ello, no tengo ni idea de a qué se dedicará un CEO de una empresa del IBEX35, pero lo mío es muy poco glamuroso, desde luego, y de jugar al golf …ni de lejos.
Recapitulando 7 días atrás,…
• diré que el viernes me desperté en un hotel lejos de mi ciudad, y participé en un evento como uno de los ponentes. Aproveché para entrar en contacto con 3 nuevos clientes, con un grupo bien nutrido de talentosos que me encantaría fichar, y con diversos miembros de mi competencia con los que pude contrastar cómo visualizan los próximos meses. También pude trazar el lanzamiento de un producto-servicio junto al fabricante. Y de paso aprendí algo, mientras contestaba emails desde mi móvil, y compartía charla con Pako. A la vuelta en tren aproveché para ordenar emails, escribir un post, y tener varias conversaciones telefónicas (también me bebí una cerveza a la que me invitó Pako ;-)).
• El fin de semana fue atípico porque suelo dedicar unas horas a currar con el portátil desde mi casa, pero esta vez acudí a la oficina porque un equipo de proyecto estaba apagando un incendio y quería entenderlo desde la cercanía (e ir dando explicaciones al cliente al nivel que me toca). Entre email y email, me dedicaba a contestar más emails atrasados.
• El lunes fui a acompañar a un kick-off de proyecto, mucho email, 3 reuniones con miembros de mi equipo, actualizar CRM, hacer seguimiento de los contactos de la semana anterior (Linkedin, emails, etc.) y atender una petición de oferta. Algún yammerazo que otro metí, y algún soporte a la venta a mis compañeros. Mucho café.
• El martes tuve un webex con clientes bastante largo, gestioné una oportunidad comercial con un partner, dediqué tiempo a desarrollar la oferta surgida el lunes, hice unas 5 llamadas y envié unos 30 emails. Creo que estuve dedicando un buen rato a una nueva incorporación a la plantilla, una reunión larga con 2 compañeros de mi equipo sobre «el estado de la nación» y tengo registro de varios “copys” definiendo contenidos y conceptos de nuestra nueva página web. Por la tarde pude estar charlando y reunido con varios técnicos del equipo, algunos de los cuales hacía semanas que no veía, además de mucha charla de pasillo. Y además un PowerPoint…
• El miércoles almorcé con un cliente preocupado, dibujé un mapa mental para proponer un plan de trabajo sobre una startup de la que participamos, resolví comercial y administrativamente una gestión de cambios de un cliente, y estuve contestando a muchas felicitaciones por el recién galardón que nos había concedido Microsoft a nivel nacional. También tengo anotado varios seguimientos tanto de proyectos críticos como de ofertas en curso de mis compañeros de Desarrollo de Negocio. Por la noche escribí un post para su publicación al día siguiente, y también estuve analizando una comparativa de herramientas para nuestro nuevo ecosistema digital que una compañera me había enviado.
• El jueves reunión con 2 clientes diferentes toda la mañana. Dificultades. Se me cae la comida de trabajo que tenía programada. Análisis de dos peticiones de oferta. Un ratito para repasar y actualizar el mapa mental con mis tareas más largoplacistas. Dolor de cabeza con la nueva web y sus problemas. Mucha llamada de teléfono y mucha conversación de pasillo el resto del día. Y por la noche escribo este post.
… Fin de los 7 días
Creo que hay semanas que dedico más tiempo a pensar y definir cosas. Otras más a viajar y visitar. Otras más a apoyar a las personas. Otras más a escribir y powerpointear. Otras más a gestionar, y otras más a pasar el mocho, pero supongo que como muestra vale para hacerse una idea.
Se dice que hay personas más orientadas a la relación y otras más a la tarea. Yo creo que genéticamente soy de “Tarea”, pero por nómina me toca también mucho de “Relación”. No me quejo, es lo que hay.
En ese sentido me sorprende al mirar el día a día la cantidad de “relación digital” que me toca gestionar (básicamente con emails, likes, posts, yammerazos y algunos tweets), aunque de charlas de pasillo y visitas formales tampoco ando mal. Lo que menos consumo es el teléfono (solo una media de unas 5 a 10 llamadas diarias, frente a unos 40 a 80 emails).
También es verdad que en el “pasillo” desgasto mucho tiempo (muchos cafés) y luego las tareas me toca currármelas muy a deshoras. Este es un punto claro de falta de productividad, pero creo que el roce es importante, al menos en nuestras culturas de empresa (y de país).
Me sorprende el número de entregables generado (buscando por fecha en el PC) entre presentaciones, correos, ofertas, contratos, copys, mapas mentales e instrucciones… supongo que esta es a parte “Tarea”.
Sé que lo ideal sería más estrategia y liderazgo, y menos ejecución, pero esto me toca por ser PYMEs, supongo. No me quejo, es lo que hay, pero que nadie venga a explicarme lo contrario.
….
Confío que esos dos compañeros que parecían no saber a que me dedico día a día no vuelvan a poner cara de marciano cuando les diga que “…tengo mucho lío”
Este sitio web utiliza cookies para que tengas la mejor experiencia de usuario. Si continuas navegando, estás dando tu consentimiento para aceptar las cookies y también nuestra política de cookies (esperemos que no te empaches con tanta cookie 😊)