Esta semana celebramos el 17 aniversario de ENCAMINA, y le he tenido que preguntar al equipo de marketing si opinaban que eso era bueno o era malo. ¿Tú qué piensas?
(en este post te cuento mi opinión)
La pregunta viene a santo de que quizás, vivimos en el prejuicio que ser apasionados por la tecnología de vanguardia, por la innovación y la creatividad, o tener una cultura empresarial responsive orientada a las personas y los clientes, o con foco en los valores corporativos, o lo que nosotros llamamos “Pensar en Colores”, es algo que le corresponde en exclusiva a las empresas de nueva creación, a startups o a aquellas que acaban de recibir una inyección de un fondo de capital-riesgo y no a una empresa que cumple 17 años de vida…
Y el equipo de marketing me respondió muy convencido, que 17 años como empresa implica fiabilidad, garantías, credibilidad, convicción, responsabilidad, sustrato,…. Que lo nuevo o lo efímero siempre es más atractivo, pero está lejos de lo que el mundo profesional y empresarial requiere. Que debíamos sacar pecho y si hay alguna arruga que asoma, se celebra, porque es una prueba de que hemos estado ahí, dándolo todo.
Y yo opino que sí, que es una enorme satisfacción cumplir 17 años como empresa. Solo puede ser síntoma de que son más las cosas que se han hecho bien, que las que no. Y hay que celebrarlo, como todo lo bueno, por mínimo que sea. Hay que felicitar (y en mi caso AGRADECER) a todas las personas que han hecho posible este trayecto: a los empleados, exempleados, becarios, clientes, proveedores, partners, asociaciones, etc., en definitiva, a todos los que han contribuido positivamente a nuestra existencia.
Es verdad que hace menos de un año explicaba que la desventaja de cumplir años es que te puedes acomodar en la rutina y sentirte aplastado por imaginario techo de cristal que no te deja avanzar, pero también era entonces cuando anunciábamos un nuevo Plan Estratégico que, asumiendo el riesgo de salir de la zona de confort, planteaba un reto valiente de desarrollo y evolución para los próximos 3 años.
El problema no es acumular experiencia, eso es una bendición, el problema sería perder el hambre o la locura (como lo enunciaba Steve Jobs en 2005) o en versión ENCAMINA, perder la pasión o la frescura, o el sueño de hacer historia.
En terreno mucho más personal, cuando yo pienso en los pasados 17 años, inmediatamente me asalta el pensamiento de los próximos 17 ó 20… ¿cómo sacaremos el máximo partido de ese tiempo virgen y lleno de posibilidades que tenemos por delante? ¿cómo los recorreremos? ¿cuáles serán los retos y los objetivos? ¿cuál debe ser el plan ganador a ejecutar? La culebrilla sigue inquietándome en mi estómago.
Con estos 17 añitos, estamos a punto de dejar de ser adolescentes en ENCAMINA, pero no vamos a perder el furor, entusiasmo, frescura y pasión que caracteriza esa edad tan desequilibrada. Para todo lo demás, madurar y ganar experiencia es una gran suerte y una gran fortaleza de la que sabremos obtener todo el valor nuestros clientes, la sociedad y el mundo en general.
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